/ martes 7 de agosto de 2018

Una de historia, para cambiar

Vientos


No todos saben que el primer gobernante de la Nueva España fue su conquistador Hernán Cortés, quien en 1521 fue nombrado Capitán General y Gobernador y que ejerció el poder con tal cargo hasta 1524 en que lo sucedieron los llamados Oficiales Reales (1524 a 1526). Luego fueron los Jueces de Residencia (1526 a 1528). A partir de ahí se iniciaron las Audiencias, siendo la Primera Audiencia de 1528 a 1531 y la Segunda de 1531 a 1535.

Hay mucha historia en estos saltos, que por fin se suplieron con el arribo de los virreyes de 1535 hasta 1821 en que se consuma la Independencia de México.

El larguísimo período de los virreyes, lo inauguró don Antonio de Mendoza y lo canceló el último virrey, un gran señor: don Juan D’Odonojú.

Para los bajacalifornianos debe ser materia de interés conocer quienes de los virreyes pusieron especial interés en la conquista de esa isla misteriosa del noroeste de la Nueva España que ofrecía, según operó el interés de la Metrópoli por las legendarias riquezas en perlas y oro en abundancia de la tal isla poblada de mujeres… y la historia manoseada tanto… Ciguatán, luego California porque en dos novelas de caballería, una francesa y otra española, el nombre surgió como el misterio que arranca el interés novelesco en donde tal vez Californe (en francés) le dio nombre a la California de la novela española… O será el otro cuento, el de Cortés con su latinajo “¡Oh, callida fornax”! por el calor del final sureño de la península imaginada isla (que seguro lo será); o la otra versión referida al arco pétreo (finis terra) en Cabo de San Lucas del hermano y antiguo forjador de nuestra historia incluyendo la fantasiosa idea de la reina Calafia y los monstruos que montaba llenos de pedrerías y de oro que eran como piedras comunes… Tenemos una historia increíblemente hermosa, fantasiosa también.

Pero volvamos a la realidad: los virreyes interesados en las cosas de la California y las californias después, fueron el primero don Antonio de Mendoza, don Luis de Velasco, don Rodrigo Pacheco Osorio, marqués de Cerralvo; don José Sarmiento Valladares, don Francisco de Güemes y Horcasitas, conde de Revillagigedo; don Antonio María de Bucareli y Ursúa y don Miguel José de Asunza.

Quizá valga recordar que el primer oficial de la Audiencia fue el conquistador español Nuño Beltrán de Guzmán (1528 a 1529). Se dice que por su enemistad con Hernán Cortés se interesó en la California, pero luego dejó la tarea en otras manos, aunque hay que decir que dominó el territorio de la hoy Sinaloa y fue como fundó la villa de San Miguel, hoy Culiacán, pero también Compostela, Guadalajara, Chametla y San Blas.

Ya habrá tiempo de seguir con esta historia a pausas, digerible, entretenida, para la plática del café cualquier día de estos…


Vientos


No todos saben que el primer gobernante de la Nueva España fue su conquistador Hernán Cortés, quien en 1521 fue nombrado Capitán General y Gobernador y que ejerció el poder con tal cargo hasta 1524 en que lo sucedieron los llamados Oficiales Reales (1524 a 1526). Luego fueron los Jueces de Residencia (1526 a 1528). A partir de ahí se iniciaron las Audiencias, siendo la Primera Audiencia de 1528 a 1531 y la Segunda de 1531 a 1535.

Hay mucha historia en estos saltos, que por fin se suplieron con el arribo de los virreyes de 1535 hasta 1821 en que se consuma la Independencia de México.

El larguísimo período de los virreyes, lo inauguró don Antonio de Mendoza y lo canceló el último virrey, un gran señor: don Juan D’Odonojú.

Para los bajacalifornianos debe ser materia de interés conocer quienes de los virreyes pusieron especial interés en la conquista de esa isla misteriosa del noroeste de la Nueva España que ofrecía, según operó el interés de la Metrópoli por las legendarias riquezas en perlas y oro en abundancia de la tal isla poblada de mujeres… y la historia manoseada tanto… Ciguatán, luego California porque en dos novelas de caballería, una francesa y otra española, el nombre surgió como el misterio que arranca el interés novelesco en donde tal vez Californe (en francés) le dio nombre a la California de la novela española… O será el otro cuento, el de Cortés con su latinajo “¡Oh, callida fornax”! por el calor del final sureño de la península imaginada isla (que seguro lo será); o la otra versión referida al arco pétreo (finis terra) en Cabo de San Lucas del hermano y antiguo forjador de nuestra historia incluyendo la fantasiosa idea de la reina Calafia y los monstruos que montaba llenos de pedrerías y de oro que eran como piedras comunes… Tenemos una historia increíblemente hermosa, fantasiosa también.

Pero volvamos a la realidad: los virreyes interesados en las cosas de la California y las californias después, fueron el primero don Antonio de Mendoza, don Luis de Velasco, don Rodrigo Pacheco Osorio, marqués de Cerralvo; don José Sarmiento Valladares, don Francisco de Güemes y Horcasitas, conde de Revillagigedo; don Antonio María de Bucareli y Ursúa y don Miguel José de Asunza.

Quizá valga recordar que el primer oficial de la Audiencia fue el conquistador español Nuño Beltrán de Guzmán (1528 a 1529). Se dice que por su enemistad con Hernán Cortés se interesó en la California, pero luego dejó la tarea en otras manos, aunque hay que decir que dominó el territorio de la hoy Sinaloa y fue como fundó la villa de San Miguel, hoy Culiacán, pero también Compostela, Guadalajara, Chametla y San Blas.

Ya habrá tiempo de seguir con esta historia a pausas, digerible, entretenida, para la plática del café cualquier día de estos…