/ martes 16 de octubre de 2018

¿Y la vaquita marina?

VIENTOS

En un reportaje de LA VOZ del 7 de febrero del año en curso, me enteré que el barquito de vigilancia costera “Farley Mowat” se retiraba a puerto para hacerle reparaciones críticas (?). No se citó el nombre del puerto, pero suponemos en donde exista astillero ad hoc y entonces lo más viable sería San Diego o San Pedro, ambos de EUA. Se informaba también que sólo se quedaba en servicio el buque John Paul Deloria para seguir realizando las labores de vigilancia y captura de redes agalleras que son ilegales y que curiosamente siendo asunto a cargo de la Secretaría de Marina y la Armada de México, se transfirió por arte de magia mexicana, a manos extranjeras empatando tareas ambientalistas de protección de la “vaquita marina”, animal que solo se daba en el Golfo de Cortés, Mar de Cortés o Golfo de California, como a usted le cuadra, pues oficialmente no se ha confirmado su nominación.

Esos señores y señoras ambientalistas han obtenido pingües ganancias que ignoramos por falta de transparencia, si son caudales del pueblo mexicano o si se trata de billetes gringos, lo que entonces habría que llamar a cuentas al señor presidente Peña Nieto antes de su partida. Lo cierto es que desde este espacio señalamos que lo más probable era una extinción de la especie porque solo se han visto y capturado dos especímenes de la tal vaquita de sexo femenino. Ningún ejemplar de macho se ha visto. Y si es así, entonces sugeríamos que se hiciera un estudio intensivo, rápido y definitivo para no perder tiempo y considerar la extinción definitiva por orden natural, no inducida y por lo tanto imposible de hacer perdurar.

Contra natura, no hay pozoles… Pero lo cierto es que con el pretexto ese del cuidado de la vaquita marina, lo que parece ser es que se destruyó la vocación pesquera del puerto de San Felipe para cuidar, no la vaquita marina, sino el descubrimiento de petróleo en el Golfo de California que los EU interesan mucho… y a México también… pero sin tanto apuro gracias a nuestro temperamento de “espérate tantito”. Y hoy, bajo esa óptica, ni tenemos pesca, ni vaquita marina ni petróleo, ni… nada, para agregarle una raya más a nuestra piel bengalí… Y los ambientalistas se van… ¿o ya se fueron? El daño que hicieron ya está hecho, ni modo, en la Revolución se perdió más… y sí, ya sé, nada era nuestro.

Pero de lo perdido lo que aparezca, pues algunas cosas… y capitales cambiaron de dueño. Algunos pobres se volvieron ricos y algunos ricos, pobres. Don Porfi se fue a Francia, mataron a Madero, a Carranza, a Obregón, a Serrano,… pues a muchos, y hoy ya tenemos presidente electo como un redivivo caudillo y un pueblo que lo elevó cantándole loas tal vez merecidas, lo que sabremos el año que entra. ¿O antes?

jaimepardover@yahoo.com

VIENTOS

En un reportaje de LA VOZ del 7 de febrero del año en curso, me enteré que el barquito de vigilancia costera “Farley Mowat” se retiraba a puerto para hacerle reparaciones críticas (?). No se citó el nombre del puerto, pero suponemos en donde exista astillero ad hoc y entonces lo más viable sería San Diego o San Pedro, ambos de EUA. Se informaba también que sólo se quedaba en servicio el buque John Paul Deloria para seguir realizando las labores de vigilancia y captura de redes agalleras que son ilegales y que curiosamente siendo asunto a cargo de la Secretaría de Marina y la Armada de México, se transfirió por arte de magia mexicana, a manos extranjeras empatando tareas ambientalistas de protección de la “vaquita marina”, animal que solo se daba en el Golfo de Cortés, Mar de Cortés o Golfo de California, como a usted le cuadra, pues oficialmente no se ha confirmado su nominación.

Esos señores y señoras ambientalistas han obtenido pingües ganancias que ignoramos por falta de transparencia, si son caudales del pueblo mexicano o si se trata de billetes gringos, lo que entonces habría que llamar a cuentas al señor presidente Peña Nieto antes de su partida. Lo cierto es que desde este espacio señalamos que lo más probable era una extinción de la especie porque solo se han visto y capturado dos especímenes de la tal vaquita de sexo femenino. Ningún ejemplar de macho se ha visto. Y si es así, entonces sugeríamos que se hiciera un estudio intensivo, rápido y definitivo para no perder tiempo y considerar la extinción definitiva por orden natural, no inducida y por lo tanto imposible de hacer perdurar.

Contra natura, no hay pozoles… Pero lo cierto es que con el pretexto ese del cuidado de la vaquita marina, lo que parece ser es que se destruyó la vocación pesquera del puerto de San Felipe para cuidar, no la vaquita marina, sino el descubrimiento de petróleo en el Golfo de California que los EU interesan mucho… y a México también… pero sin tanto apuro gracias a nuestro temperamento de “espérate tantito”. Y hoy, bajo esa óptica, ni tenemos pesca, ni vaquita marina ni petróleo, ni… nada, para agregarle una raya más a nuestra piel bengalí… Y los ambientalistas se van… ¿o ya se fueron? El daño que hicieron ya está hecho, ni modo, en la Revolución se perdió más… y sí, ya sé, nada era nuestro.

Pero de lo perdido lo que aparezca, pues algunas cosas… y capitales cambiaron de dueño. Algunos pobres se volvieron ricos y algunos ricos, pobres. Don Porfi se fue a Francia, mataron a Madero, a Carranza, a Obregón, a Serrano,… pues a muchos, y hoy ya tenemos presidente electo como un redivivo caudillo y un pueblo que lo elevó cantándole loas tal vez merecidas, lo que sabremos el año que entra. ¿O antes?

jaimepardover@yahoo.com