/ sábado 5 de septiembre de 2020

El perdón

Pensares


La falta de perdón es como un veneno que tomamos a diario a gotas,

pero que finalmente termina envenenando. Muchas veces pensamos que el perdón es un regalo para el otro sin darnos cuenta que los únicos

beneficiados somos nosotros mismos.

La felicidad yace en la habilidad de perdonar el pasado y disfrutar el

presente; cuando la puerta de la felicidad se cierra otra se abre, pero a

menudo nosotros nos quedamos mirando tanto tiempo la puerta cerrada que no vemos la que ya se ha abierto para nosotros.

El perdón es una expresión de amor, no significa que estamos de

acuerdo con lo que pasó ni que lo aprobemos, ni que lo vamos a olvidar.

Perdonar no significa dejar de darle importancia a lo que sucedió, ni darle la razón a alguien que nos lastimó. Simplemente significa dejar de lado aquellos pensamientos negativos que aparecen acerca de alguien o algo que nos causó dolor.

Dejando las cosas como están y continuando nuestra vida, no es

necesario que sepamos cómo perdonar, solo alcanza con estar

dispuesto a hacerlo, de todo lo demás se ocupará el universo.

El perdón se basa en la aceptación de lo que pasó. La falta de perdón

nos ata a las personas desde la bronca, nos tiene encadenados. La falta

del perdón es el veneno más destructivo para el espíritu, ya que

neutraliza los recursos emocionales que tenemos.

Perdonar es un proceso; perdonamos poco a poco mientras seguimos

adelante con nuestras vidas; a cada paso que avanzamos en el camino

del perdón nos sentimos más libres.

Pocas cosas pueden causar más placer que el perdonar; pocas acciones del hombre pueden producir mayores energías positivas que la acción de perdonar. Decir te perdono dos palabras, nueve letras, puede transformar dos vidas o más, hasta pueblos enteros. Escoger un día, una mañana o una noche quizás y reflexionar a partir de eso que sentimos contra alguien, puede constituir un buen comienzo para ejercitarnos en el perdón como fuerza espiritual liberadora.

Amanecer con un perdón en los labios para armonizar es una hermosa y positiva manera de iniciar un nuevo día que podría ser -según la

dimensión de lo perdonado- el inicio de una nueva vida.


Pensares


La falta de perdón es como un veneno que tomamos a diario a gotas,

pero que finalmente termina envenenando. Muchas veces pensamos que el perdón es un regalo para el otro sin darnos cuenta que los únicos

beneficiados somos nosotros mismos.

La felicidad yace en la habilidad de perdonar el pasado y disfrutar el

presente; cuando la puerta de la felicidad se cierra otra se abre, pero a

menudo nosotros nos quedamos mirando tanto tiempo la puerta cerrada que no vemos la que ya se ha abierto para nosotros.

El perdón es una expresión de amor, no significa que estamos de

acuerdo con lo que pasó ni que lo aprobemos, ni que lo vamos a olvidar.

Perdonar no significa dejar de darle importancia a lo que sucedió, ni darle la razón a alguien que nos lastimó. Simplemente significa dejar de lado aquellos pensamientos negativos que aparecen acerca de alguien o algo que nos causó dolor.

Dejando las cosas como están y continuando nuestra vida, no es

necesario que sepamos cómo perdonar, solo alcanza con estar

dispuesto a hacerlo, de todo lo demás se ocupará el universo.

El perdón se basa en la aceptación de lo que pasó. La falta de perdón

nos ata a las personas desde la bronca, nos tiene encadenados. La falta

del perdón es el veneno más destructivo para el espíritu, ya que

neutraliza los recursos emocionales que tenemos.

Perdonar es un proceso; perdonamos poco a poco mientras seguimos

adelante con nuestras vidas; a cada paso que avanzamos en el camino

del perdón nos sentimos más libres.

Pocas cosas pueden causar más placer que el perdonar; pocas acciones del hombre pueden producir mayores energías positivas que la acción de perdonar. Decir te perdono dos palabras, nueve letras, puede transformar dos vidas o más, hasta pueblos enteros. Escoger un día, una mañana o una noche quizás y reflexionar a partir de eso que sentimos contra alguien, puede constituir un buen comienzo para ejercitarnos en el perdón como fuerza espiritual liberadora.

Amanecer con un perdón en los labios para armonizar es una hermosa y positiva manera de iniciar un nuevo día que podría ser -según la

dimensión de lo perdonado- el inicio de una nueva vida.


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