/ domingo 25 de febrero de 2018

El Sol

Pensares

Un nuevo amanecer se aproximaba y nuestro amigo Sol ya estaba puesto para salir con el entusiasmo de hacer de ese día uno radiante y bello.

Sin darse cuenta llegó su hora y el Cielo se vistió de luz y color.

Nuestro amigo Sol estaba muy contento, pues ninguna de esas nubes había venido a opacar su resplandor, desde el Cielo veía los niños jugar y reír en el parque de la plaza y se sentía feliz porque sabía que en gran parte era gracias a él.

Observando a un grupo de niños, el Sol escuchó cómo contaban lo que iban a hacer cuando se hiciera de noche, entonces poniendo su atención en uno de esos niños lo oyó decir: “Qué ganas tengo ya que se haga de noche, porque hoy son las fiestas del pueblo y esta noche van a festejar llenando el Cielo de brillantes colores, cohetes que son como luminosas estrellas”.

Al oír eso el Sol se entristeció mucho y no quiso seguir escuchando, él también tenía ganas de ver esos cohetes, pero sabía que no le era posible.

Al llegar la noche el Sol se escondió y estuvo muy triste, pensando en lo bien que se la estarían pasando todos viendo esos bonitos cohetes, tan triste estaba que estuvo varios días sin salir, se pasaba todo el día escondido.

Pero un día cansado de esa soledad decidió salir y se dio cuenta de que todos al verlo se alegraron y se notaba que le habían echado mucho de menos.

Entonces el Sol se sintió muy feliz y comprendió que aunque no siempre podemos hacer lo que nos gusta, debemos sentirnos felices de lo que somos e intentar que todos los demás también lo sean.

Pensares

Un nuevo amanecer se aproximaba y nuestro amigo Sol ya estaba puesto para salir con el entusiasmo de hacer de ese día uno radiante y bello.

Sin darse cuenta llegó su hora y el Cielo se vistió de luz y color.

Nuestro amigo Sol estaba muy contento, pues ninguna de esas nubes había venido a opacar su resplandor, desde el Cielo veía los niños jugar y reír en el parque de la plaza y se sentía feliz porque sabía que en gran parte era gracias a él.

Observando a un grupo de niños, el Sol escuchó cómo contaban lo que iban a hacer cuando se hiciera de noche, entonces poniendo su atención en uno de esos niños lo oyó decir: “Qué ganas tengo ya que se haga de noche, porque hoy son las fiestas del pueblo y esta noche van a festejar llenando el Cielo de brillantes colores, cohetes que son como luminosas estrellas”.

Al oír eso el Sol se entristeció mucho y no quiso seguir escuchando, él también tenía ganas de ver esos cohetes, pero sabía que no le era posible.

Al llegar la noche el Sol se escondió y estuvo muy triste, pensando en lo bien que se la estarían pasando todos viendo esos bonitos cohetes, tan triste estaba que estuvo varios días sin salir, se pasaba todo el día escondido.

Pero un día cansado de esa soledad decidió salir y se dio cuenta de que todos al verlo se alegraron y se notaba que le habían echado mucho de menos.

Entonces el Sol se sintió muy feliz y comprendió que aunque no siempre podemos hacer lo que nos gusta, debemos sentirnos felices de lo que somos e intentar que todos los demás también lo sean.

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