/ sábado 23 de junio de 2018

Envejecer

Pensares


El primer día de clases en una Universidad el profesor desafió a los alumnos a que se presentaran a algunos que no conocían todavía, un estudiante se quedó de pie para mirar alrededor, en eso una mano suave tocó su hombro, volteó y vio a una pequeña señora viejita y arrugada, sonriéndole radiante, con un gesto que iluminaba todo su ser, se presentó con él y le dijo que tenía 87 años. “¿Puedo darte un abrazo?”, se rio y respondió, “claro que puede”.

“Estoy aquí para encontrar un marido rico, casarme, tener un montón de hijos y entonces jubilarme y viajar”. “¿Está bromeando?”, le contestó él. Estaba curioso por saber qué la había motivado a entrar en este desafío a su edad, ella dijo. “Siempre soñé con tener estudios universitarios y ahora estoy teniendo uno.

Después de clases caminaron hasta la cafetería donde compartieron una malteada y se hicieron amigos. Todos los días en los siguientes meses tenían clase juntos y hablaban sin parar. Quedaba extasiado oyendo a la mujer compartir su experiencia y sabiduría con él.

En el curso de un año ella se volvió un icono en el campus universitaria y hacía amigos fácilmente dondequiera que iba, estaba disfrutando la vida, al fin de un semestre la invitaron a hablar en el banquete, fue presentada y se aproximó al pódium, cuando comenzó a leer su charla preparada, tres de las cinco hojas cayeron al suelo, frustrada tomó el micrófono y dijo simplemente: “Discúlpenme, estoy tan nerviosa, nunca conseguiré colocar mis papeles en orden de nuevo, así que déjenme hablarles sobre aquello que sé”, mientras todos reían ella despejó su garganta y comenzó.

“No dejamos de jugar porque envejecemos, envejecemos porque dejamos de jugar, existen tres secretos para que continuemos jóvenes, felices y obteniendo éxito. Se necesita reír y encontrar humor cada día, se necesita tener un sueño, cuando éstos se pierden uno muere, hay tantas personas caminando por ahí que están muertas y ni siquiera lo sospechan, se necesita conocer la diferencia entre envejecer y crecer. Cualquiera consigue quedar más viejo, eso no exige talento ni habilidad, la idea es crecer a través de la vida y encontrar siempre oportunidad en la novedad, los viejos generalmente no se arrepienten de aquello que hicieron, sino por aquellas cosas que dejaron de hacer, las únicas personas que tienen miedo a la muerte, son aquellas que tienen remordimientos”.

Una semana después de recibirse ella murió tranquilamente durante el sueño, más de 2 mil alumnos fueron a su funeral en tributo a la maravillosa mujer que enseñó a través del ejemplo que nunca es demasiado tarde para saber todo aquello que uno puede probablemente ser. Nadie tiene tanta necesidad de una sonrisa, como aquel que no sabe sonreír a los demás.


Pensares


El primer día de clases en una Universidad el profesor desafió a los alumnos a que se presentaran a algunos que no conocían todavía, un estudiante se quedó de pie para mirar alrededor, en eso una mano suave tocó su hombro, volteó y vio a una pequeña señora viejita y arrugada, sonriéndole radiante, con un gesto que iluminaba todo su ser, se presentó con él y le dijo que tenía 87 años. “¿Puedo darte un abrazo?”, se rio y respondió, “claro que puede”.

“Estoy aquí para encontrar un marido rico, casarme, tener un montón de hijos y entonces jubilarme y viajar”. “¿Está bromeando?”, le contestó él. Estaba curioso por saber qué la había motivado a entrar en este desafío a su edad, ella dijo. “Siempre soñé con tener estudios universitarios y ahora estoy teniendo uno.

Después de clases caminaron hasta la cafetería donde compartieron una malteada y se hicieron amigos. Todos los días en los siguientes meses tenían clase juntos y hablaban sin parar. Quedaba extasiado oyendo a la mujer compartir su experiencia y sabiduría con él.

En el curso de un año ella se volvió un icono en el campus universitaria y hacía amigos fácilmente dondequiera que iba, estaba disfrutando la vida, al fin de un semestre la invitaron a hablar en el banquete, fue presentada y se aproximó al pódium, cuando comenzó a leer su charla preparada, tres de las cinco hojas cayeron al suelo, frustrada tomó el micrófono y dijo simplemente: “Discúlpenme, estoy tan nerviosa, nunca conseguiré colocar mis papeles en orden de nuevo, así que déjenme hablarles sobre aquello que sé”, mientras todos reían ella despejó su garganta y comenzó.

“No dejamos de jugar porque envejecemos, envejecemos porque dejamos de jugar, existen tres secretos para que continuemos jóvenes, felices y obteniendo éxito. Se necesita reír y encontrar humor cada día, se necesita tener un sueño, cuando éstos se pierden uno muere, hay tantas personas caminando por ahí que están muertas y ni siquiera lo sospechan, se necesita conocer la diferencia entre envejecer y crecer. Cualquiera consigue quedar más viejo, eso no exige talento ni habilidad, la idea es crecer a través de la vida y encontrar siempre oportunidad en la novedad, los viejos generalmente no se arrepienten de aquello que hicieron, sino por aquellas cosas que dejaron de hacer, las únicas personas que tienen miedo a la muerte, son aquellas que tienen remordimientos”.

Una semana después de recibirse ella murió tranquilamente durante el sueño, más de 2 mil alumnos fueron a su funeral en tributo a la maravillosa mujer que enseñó a través del ejemplo que nunca es demasiado tarde para saber todo aquello que uno puede probablemente ser. Nadie tiene tanta necesidad de una sonrisa, como aquel que no sabe sonreír a los demás.


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