/ viernes 14 de junio de 2019

Planificar la vida

Pensares


Desde hace muchos años, veo que numerosas personas tienen como único objetivo en la vida ganar dinero. Personas de todas las edades obsesionadas con el mismo fin, dispuestas a dedicar muchas horas, días y semanas del año para alcanzar sus deseos; personas que se están convirtiendo en máquinas para hacer negocios y ganar más y más y si la cosa funciona, todavía dedican más tiempo y energías para seguir ganando dinero.

Su objetivo es generar un imperio. Su vida es como subir por una escalera que no tiene fin. Unos pocos lo logran, otros se quedan en el camino, pero son los menos los que reflexionan sobre las cosas importantes de la vida y se plantean otro tipo de objetivos.

Me parece muy bien que cuando uno es joven y tiene una familia, trabaja para darles lo mejor y piense en el futuro y el bienestar de los hijos, dándoles una estabilidad económica que les sirva de base para que ellos puedan salir adelante. Pero desde hace algún tiempo he comenzado a analizar la actitud de varios empresarios y quiero mencionarlos para que veamos lo equivocados que están en sus planteamientos.

El dueño de un supermercado trabaja incansablemente más de 12 horas diarias durante todo el año y en vacaciones envía a su familia sola porque le es imposible abandonar su negocio por dos semanas. Otro caso es el de un conocido comerciante que debido al estrés del trabajo comenzó a tener problemas de salud. El médico le recomendó que descansara unos días y se olvidara de sus responsabilidades. Hizo caso de la recomendación y se fue a descansar con su esposa a un bonito lugar, pero como no podía con su ansiedad llamaba constantemente a sus empleados para saber cómo iba todo. El tiempo de reposo no le sirvió de nada porque se llevó todos sus negocios y responsabilidades a cuestas.

Conocí a un gran empresario que trabajó desde los 7 años y formó un imperio. Cuando tuvo edad de jubilarse y aprovechar los años que le quedaban, decidió construir otra fábrica para ampliar el negocio. Tardó varios años en ponerlo en funcionamiento y ahora con 87 años de edad se da cuenta de lo equivocado que estaba. Pero claro, ya es tarde para arrepentimientos, la vida se le fue y ya no le queda tiempo para disfrutar de todo el sacrificio que hizo durante 80 años.

Una señora vivió hasta los 104 años. Siempre se escuchó de ella la misma historia: El dinero no me alcanza, la situación está difícil. En su mente solo había palabras negativas. Pasó toda su vida con el mismo pensamiento porque nunca planificó su vida. Todo se quedó en palabras.

Hay millones de personas con este pensamiento: Viven pobres con necesidades y dejan este mundo sin llevarse nada.

Un amigo me dio una lección de cómo planificar la vida: Creo que alcanzar metas económicas es algo natural en cada uno de nosotros… pero debemos mirar dónde está el techo de nuestros objetivos. Debemos ser sabios administradores de nuestro tiempo y aprender a darnos el espacio para disfrutar de todo lo que hemos logrado con esfuerzo. Si lo dejamos para más tarde pensando que todavía vamos a vivir muchos años nos equivocamos. El día es hoy y el tiempo es ahora. Hay gente tan pobre que solo tiene dinero.

Pensares


Desde hace muchos años, veo que numerosas personas tienen como único objetivo en la vida ganar dinero. Personas de todas las edades obsesionadas con el mismo fin, dispuestas a dedicar muchas horas, días y semanas del año para alcanzar sus deseos; personas que se están convirtiendo en máquinas para hacer negocios y ganar más y más y si la cosa funciona, todavía dedican más tiempo y energías para seguir ganando dinero.

Su objetivo es generar un imperio. Su vida es como subir por una escalera que no tiene fin. Unos pocos lo logran, otros se quedan en el camino, pero son los menos los que reflexionan sobre las cosas importantes de la vida y se plantean otro tipo de objetivos.

Me parece muy bien que cuando uno es joven y tiene una familia, trabaja para darles lo mejor y piense en el futuro y el bienestar de los hijos, dándoles una estabilidad económica que les sirva de base para que ellos puedan salir adelante. Pero desde hace algún tiempo he comenzado a analizar la actitud de varios empresarios y quiero mencionarlos para que veamos lo equivocados que están en sus planteamientos.

El dueño de un supermercado trabaja incansablemente más de 12 horas diarias durante todo el año y en vacaciones envía a su familia sola porque le es imposible abandonar su negocio por dos semanas. Otro caso es el de un conocido comerciante que debido al estrés del trabajo comenzó a tener problemas de salud. El médico le recomendó que descansara unos días y se olvidara de sus responsabilidades. Hizo caso de la recomendación y se fue a descansar con su esposa a un bonito lugar, pero como no podía con su ansiedad llamaba constantemente a sus empleados para saber cómo iba todo. El tiempo de reposo no le sirvió de nada porque se llevó todos sus negocios y responsabilidades a cuestas.

Conocí a un gran empresario que trabajó desde los 7 años y formó un imperio. Cuando tuvo edad de jubilarse y aprovechar los años que le quedaban, decidió construir otra fábrica para ampliar el negocio. Tardó varios años en ponerlo en funcionamiento y ahora con 87 años de edad se da cuenta de lo equivocado que estaba. Pero claro, ya es tarde para arrepentimientos, la vida se le fue y ya no le queda tiempo para disfrutar de todo el sacrificio que hizo durante 80 años.

Una señora vivió hasta los 104 años. Siempre se escuchó de ella la misma historia: El dinero no me alcanza, la situación está difícil. En su mente solo había palabras negativas. Pasó toda su vida con el mismo pensamiento porque nunca planificó su vida. Todo se quedó en palabras.

Hay millones de personas con este pensamiento: Viven pobres con necesidades y dejan este mundo sin llevarse nada.

Un amigo me dio una lección de cómo planificar la vida: Creo que alcanzar metas económicas es algo natural en cada uno de nosotros… pero debemos mirar dónde está el techo de nuestros objetivos. Debemos ser sabios administradores de nuestro tiempo y aprender a darnos el espacio para disfrutar de todo lo que hemos logrado con esfuerzo. Si lo dejamos para más tarde pensando que todavía vamos a vivir muchos años nos equivocamos. El día es hoy y el tiempo es ahora. Hay gente tan pobre que solo tiene dinero.

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