/ miércoles 14 de febrero de 2024

El Muro | Pensamiento crítico

Por favor, no hablen de libertad de expresión, ni promuevan el pensamiento crítico, si no van a soportar los golpes de realidad de ahí derivados, si a la primera oportunidad van a gimotear o si piensan tomarlo como un ataque personal.

El pensamiento crítico no es grilla ni ofensas, es observar la vida pública, liberarla de dogmas, usos, costumbres, con el fin de mejorarla. Es un compromiso moral. Por ejemplo, el mundo gubernamental es el espacio ideal para notar el nivel de retroceso, disfrazado de avances. Una muestra precisa es la relacionada con la transparencia.

Imagen ilustrativa | Freepik ​​| Rawpixel

Hoy es normal ver a los titulares de las dependencias tomarse fotos junto a los representantes de los organismos vigilantes, presumiendo un papelito, para luego colocar el siguiente mensaje a la imagen subida a redes sociales –obvio, si no se presume, ni chiste tendría- :

“Por cuarto año consecutivo, el Instituto de Transparencia reconoció a (nombre de la dependencia) por haber alcanzado el 100% en la verificación virtual de obligaciones de transparencia… Fomentar una cultura de honestidad, bla, bla, bla…”.

Luce como progreso, pero la verdad es una burla porque han convertido en una virtud lo que ni siquiera debería ser motivo de mención o ya si lo hacen, de perdida debería darles vergüenza, no orgullo. Es como si un niño estuviera exigiendo premios por lavarse los dientes o hacer la tarea. ¿Estamos seguros que el problema lo tiene únicamente la generación de cristal?

Intentan convencernos de que si nos llenamos de organismos revisores, vamos por el camino correcto para ser una sociedad de avanzada, cuando en realidad le estamos facilitando la llegada a egocéntricos aspirantes a políticos, mientras nosotros pasamos a ser cada día más atenidos, dependientes, dejándole la chamba a quien todo busca, menos perfeccionar la vida social.

Simplificar la complejidad de la vida pública, actuar como si todos nuestros conflictos fueran a resolverse con el establecimiento de comités, nuevas dependencias, culpando al gobierno en turno y no con la participación activa, consciente, de la sociedad, es ir a la perdición.

A como vamos, al rato vamos a tener una comisión para transparentar a la transparencia o un pomposo instituto pro búsqueda de personas desaparecidas, en vez de trabajar por evitar que las situaciones desagradables ocurran con tanta normalidad y hasta con aparente resignación de las autoridades.

vicmarcen09@gmail.com


Por favor, no hablen de libertad de expresión, ni promuevan el pensamiento crítico, si no van a soportar los golpes de realidad de ahí derivados, si a la primera oportunidad van a gimotear o si piensan tomarlo como un ataque personal.

El pensamiento crítico no es grilla ni ofensas, es observar la vida pública, liberarla de dogmas, usos, costumbres, con el fin de mejorarla. Es un compromiso moral. Por ejemplo, el mundo gubernamental es el espacio ideal para notar el nivel de retroceso, disfrazado de avances. Una muestra precisa es la relacionada con la transparencia.

Imagen ilustrativa | Freepik ​​| Rawpixel

Hoy es normal ver a los titulares de las dependencias tomarse fotos junto a los representantes de los organismos vigilantes, presumiendo un papelito, para luego colocar el siguiente mensaje a la imagen subida a redes sociales –obvio, si no se presume, ni chiste tendría- :

“Por cuarto año consecutivo, el Instituto de Transparencia reconoció a (nombre de la dependencia) por haber alcanzado el 100% en la verificación virtual de obligaciones de transparencia… Fomentar una cultura de honestidad, bla, bla, bla…”.

Luce como progreso, pero la verdad es una burla porque han convertido en una virtud lo que ni siquiera debería ser motivo de mención o ya si lo hacen, de perdida debería darles vergüenza, no orgullo. Es como si un niño estuviera exigiendo premios por lavarse los dientes o hacer la tarea. ¿Estamos seguros que el problema lo tiene únicamente la generación de cristal?

Intentan convencernos de que si nos llenamos de organismos revisores, vamos por el camino correcto para ser una sociedad de avanzada, cuando en realidad le estamos facilitando la llegada a egocéntricos aspirantes a políticos, mientras nosotros pasamos a ser cada día más atenidos, dependientes, dejándole la chamba a quien todo busca, menos perfeccionar la vida social.

Simplificar la complejidad de la vida pública, actuar como si todos nuestros conflictos fueran a resolverse con el establecimiento de comités, nuevas dependencias, culpando al gobierno en turno y no con la participación activa, consciente, de la sociedad, es ir a la perdición.

A como vamos, al rato vamos a tener una comisión para transparentar a la transparencia o un pomposo instituto pro búsqueda de personas desaparecidas, en vez de trabajar por evitar que las situaciones desagradables ocurran con tanta normalidad y hasta con aparente resignación de las autoridades.

vicmarcen09@gmail.com