/ miércoles 9 de diciembre de 2020

Mexicali, el virulento

EL MURO

¿Se han fijado que los mensajes que se comparten en redes sociales para concienciar sobre los peligros del Covid, son prácticamente los mismos que se usan desde el inicio de la pandemia? Si no funcionaron antes ¿por qué funcionarían ahora?

Suplicar por el uso de cubrebocas, insultar a los covidiotas o a los pandejos, asustar con imágenes de personas intubadas, destacar el agotamiento del personal de salud, solo sirve para quienes siempre se han cuidado. Tal parece que el Gobernador no entra en la categoría de los cuidadosos.

Por más extraño que suene, existen quienes necesitan ser persuadidos de otra forma, ya que si el virus no los ha afectado a ellos o a alguien de su familia entonces no existe. Nadie experimenta en cabeza ajena. La comunicación pandémica comunitaria hecha con la mejor de las intenciones ha fracasado. Es momento de probar otras fórmulas.

No solo el pueblo ha errado, los gobernantes han hecho lo propio al lanzar mensajes confusos y contradictorios. Esta conclusión es posible leerla en casi todos los idiomas, esto quiere decir que se trata de un asunto político mundial, aunque este mal de muchos sea irrelevante. Sin embargo, hay excepciones como Sanna Marin, de 34 años, líder de una coalición de 5 mujeres que gobierna Finlandia, país que solo ha tenido 424 muertos por Covid.

Entretanto en nuestro rancho, una preocupada alcaldesa se dirige a sus gobernados por medio de videos para explicarles lo complicado que se está volviendo el manejo de la pandemia, por eso recomienda limitar los contactos en los festejos de fin de año. Cuesta trabajo creer que ese mismo personaje, hoy compungido, tan solo unos días antes se mostrara cual eufórica boxeadora.

Si la autoridad un día me regaña, pero al otro se va de fiesta político partidista a la CDMX y luego regresa para alertar sobre los peligros, para después aparecer en una foto brincando de felicidad por iniciar una obra, entonces no sé en cuál versión del político confiar, si en la que me dice que todo está mal o en la del todo va bien. Tanto salto provoca disonancia cognitiva en muchos.

Quizá el virulento Mexicali siempre haya sido la ciudad con más contagios gracias a la incapacidad de la autoridad o quizá hayan intervenido otros factores -cuyo control depende de la autoridad- entre esos la contaminación (“Vitamin D deficiency and air pollution exacerbate Covid19 through suppression of antiviral peptide LL37”, advierte sobre el papel de la polución como un detonador). Pero de lo que sí podemos estar seguros es que para crear una campaña eficaz, lo único que se ocupa decir es que el virus se transmite vía aérea, por gente que no necesariamente mostrará síntomas y ante eso, debe utilizarse cubreboca, guardar distancia, así como evitar los sitios encerrados a donde acuden muchas personas: ¿Qué tan difícil es hacer eso?

vicmarcen09@gmail.com


EL MURO

¿Se han fijado que los mensajes que se comparten en redes sociales para concienciar sobre los peligros del Covid, son prácticamente los mismos que se usan desde el inicio de la pandemia? Si no funcionaron antes ¿por qué funcionarían ahora?

Suplicar por el uso de cubrebocas, insultar a los covidiotas o a los pandejos, asustar con imágenes de personas intubadas, destacar el agotamiento del personal de salud, solo sirve para quienes siempre se han cuidado. Tal parece que el Gobernador no entra en la categoría de los cuidadosos.

Por más extraño que suene, existen quienes necesitan ser persuadidos de otra forma, ya que si el virus no los ha afectado a ellos o a alguien de su familia entonces no existe. Nadie experimenta en cabeza ajena. La comunicación pandémica comunitaria hecha con la mejor de las intenciones ha fracasado. Es momento de probar otras fórmulas.

No solo el pueblo ha errado, los gobernantes han hecho lo propio al lanzar mensajes confusos y contradictorios. Esta conclusión es posible leerla en casi todos los idiomas, esto quiere decir que se trata de un asunto político mundial, aunque este mal de muchos sea irrelevante. Sin embargo, hay excepciones como Sanna Marin, de 34 años, líder de una coalición de 5 mujeres que gobierna Finlandia, país que solo ha tenido 424 muertos por Covid.

Entretanto en nuestro rancho, una preocupada alcaldesa se dirige a sus gobernados por medio de videos para explicarles lo complicado que se está volviendo el manejo de la pandemia, por eso recomienda limitar los contactos en los festejos de fin de año. Cuesta trabajo creer que ese mismo personaje, hoy compungido, tan solo unos días antes se mostrara cual eufórica boxeadora.

Si la autoridad un día me regaña, pero al otro se va de fiesta político partidista a la CDMX y luego regresa para alertar sobre los peligros, para después aparecer en una foto brincando de felicidad por iniciar una obra, entonces no sé en cuál versión del político confiar, si en la que me dice que todo está mal o en la del todo va bien. Tanto salto provoca disonancia cognitiva en muchos.

Quizá el virulento Mexicali siempre haya sido la ciudad con más contagios gracias a la incapacidad de la autoridad o quizá hayan intervenido otros factores -cuyo control depende de la autoridad- entre esos la contaminación (“Vitamin D deficiency and air pollution exacerbate Covid19 through suppression of antiviral peptide LL37”, advierte sobre el papel de la polución como un detonador). Pero de lo que sí podemos estar seguros es que para crear una campaña eficaz, lo único que se ocupa decir es que el virus se transmite vía aérea, por gente que no necesariamente mostrará síntomas y ante eso, debe utilizarse cubreboca, guardar distancia, así como evitar los sitios encerrados a donde acuden muchas personas: ¿Qué tan difícil es hacer eso?

vicmarcen09@gmail.com