EL MURO
Estamos construyendo una mejor sociedad, aunque no se note; lamentamos las molestias que esto pueda provocar. Entretanto, tengamos paciencia y respeto.
Existe mucha confusión en este camino a una nueva realidad. Sin embargo, por extraño que suene, hay pequeños logros gracias a los apasionados pleitos en redes sociales. Por ejemplo, debido a la polémica despertada por el empeño de los gais en promover el respeto a sus derechos, otros hablan, aunque a veces sea por joder, de tener la misma consideración para quienes no oyen, no ven, o tienen problemas motrices.
Será cosa de tiempo para que los asuntos tengan un final justo, para que maduremos y no veamos los avances como una lucha de suma cero, donde la ganancia de unos es la pérdida de otros. En la comunidad de gais leo a personas sintiéndose felices por el enojo de quienes no los apoyan, pero eso no abona. Deberá llegar el momento en que con la misma pasión que el gobierno defiende la diversidad sexual, reconozcan que un pobre no pueda encerrarse en un closet para fingir que no lo es y de esa forma evitar la discriminación, la falta de oportunidades, mismas que no se arreglan con dádivas.
Le venimos sacando la vuelta a la imposición como para que ahora nos quieran imponer algo. El lenguaje inclusivo luce como una necia imposición, sin embargo ha servido para que el lenguaje de señas entre a la discusión. Es muy probable que al paso de los años, muchos de nosotros empecemos a usar, sin siquiera saber cómo llegamos hasta ahí, el todes, nosotres o cualquier otro elemento gramatical que nos ayude a denominar al total de la población, una vez que, en la práctica, hayamos incluido a tod@s.
La mayor parte de los animales percibe el dolor casi de la misma forma como nosotros. Existe la moralidad animal. Los humanos no somos el centro del universo. Si comenzamos por aceptar estos conceptos, le pondremos más fácil el camino a la llegada de otras alternativas para la diversión, ajenas a las corridas de toros, así como a otras formas de alimentarnos o de vestirnos (“Animal morality: What it means and why it matters”).
El Viagra femenino fracasó porque intentó ser una copia fiel de su equivalente masculino. La menstruación es algo inusual porque en el mundo animal mamífero, la norma es que el cuerpo de las hembras absorba el endometrio y no lo expulse como ocurre en las personas menstruantes. La deuda del patriarcado con la mujer va mucho más allá de verla en espacios políticos, la deuda se empieza a pagar, conociéndola, no reduciéndola a aspectos cursis color de rosa.
La obra está en construcción, muchos de los procesos nos parecerán extraños u ofensivos, se cometerán errores en el camino. Así que lo mejor es tomar las cosas con calma, porque todos vamos en el mismo barco.
