/ martes 30 de julio de 2019

Se dice de mí…

El Muro


“Podrán decir, podrán hablar y murmurar y rebuznar…Se dicen muchas cosas, mas si el bulto no interesa ¿por qué pierden la cabeza ocupándose de mí?”. “Se dice de mí”. Tango de Ivo Pelay.

Un sector de la prensa mexicalense muere de ganas por noticiar sobre la vida sentimental de la alcaldesa electa, así que por su salud emocional, la de todos sus cercanos y la estabilidad de su tarea gubernativa, lo primero que debe hacer Marina del Pilar es aceptar que eso será inevitable.

Que la vida de la muchacha guapa, madre soltera, trabajadora del Congreso del Estado, resultaba intrascendente porque era prácticamente una desconocida. Pero en cambio hoy debe reconocer algo que podría serle útil: El cotilleo no es tanto por su persona, sino por el alcance del cargo que asumirá, porque cuando deje de participar en política nadie reparará en ella ni en su proceder.

Mientras tanto le conviene admitir que por más privada que sea la vida de un político, la prensa siempre buscará algún resquicio para colarse y luego justificar la razón de porqué algo que por calidad periodística debería formar parte de las revistas rosas del corazón, merece un espacio en los análisis de información política. También debe saber que aunque el chisme suele ser molesto (no en balde el término deriva del latín que se usaba para nombrar a la chinche) tuvo una función muy importante en el proceso evolutivo del humano.

Fue útil para que los más jóvenes e inexpertos fueran capaces de adaptarse al entorno al alertarlos sobre personas o hechos que debían evitar (“Gossip in Evolutionary Perspective”, un estudio de la Universidad de Liverpool), por lo tanto jamás podrá evitarlo y mucho menos eliminarlo por más presión que ejerza sobre la prensa.

Sus asesores deberían hacerle ver que si bien el chisme es inevitable, tampoco es muy sano dar pie a que los ojos de la prensa estén alertas. Ella podrá hacer de su vida privada un papalote, tener una relación de pareja con quien quiera, pero colocar a dicha persona en un cargo público por más honorario que éste sea, es una ocurrencia desafortunada.

Si bien el nepotismoes, al igual que el chisme, un rasgo evolutivo, está legalmente prohibidosimplemente porque representa una injusticia para miles de personas talentosasque no tienen la suerte de ser cercanas al poderoso. El principal error quecometerá es escudarse en la supuesta envidia que le tendrán sus enemigospolíticos. Deberá acostumbrarse a que un día sí y al otro también recibirácríticas -muchas de ellas injustas o sin sustento- que tendrán en las redessociales su caja de resonancia. Que por si fuera poco, aquello que lerepresentó una ventaja competitiva en campaña, ser mujer, ahora puede volverseen su contra. Debe enfocarse en su trabajo, porque son muchos los compromisosde campaña y dos años se pasan volando.

El Muro


“Podrán decir, podrán hablar y murmurar y rebuznar…Se dicen muchas cosas, mas si el bulto no interesa ¿por qué pierden la cabeza ocupándose de mí?”. “Se dice de mí”. Tango de Ivo Pelay.

Un sector de la prensa mexicalense muere de ganas por noticiar sobre la vida sentimental de la alcaldesa electa, así que por su salud emocional, la de todos sus cercanos y la estabilidad de su tarea gubernativa, lo primero que debe hacer Marina del Pilar es aceptar que eso será inevitable.

Que la vida de la muchacha guapa, madre soltera, trabajadora del Congreso del Estado, resultaba intrascendente porque era prácticamente una desconocida. Pero en cambio hoy debe reconocer algo que podría serle útil: El cotilleo no es tanto por su persona, sino por el alcance del cargo que asumirá, porque cuando deje de participar en política nadie reparará en ella ni en su proceder.

Mientras tanto le conviene admitir que por más privada que sea la vida de un político, la prensa siempre buscará algún resquicio para colarse y luego justificar la razón de porqué algo que por calidad periodística debería formar parte de las revistas rosas del corazón, merece un espacio en los análisis de información política. También debe saber que aunque el chisme suele ser molesto (no en balde el término deriva del latín que se usaba para nombrar a la chinche) tuvo una función muy importante en el proceso evolutivo del humano.

Fue útil para que los más jóvenes e inexpertos fueran capaces de adaptarse al entorno al alertarlos sobre personas o hechos que debían evitar (“Gossip in Evolutionary Perspective”, un estudio de la Universidad de Liverpool), por lo tanto jamás podrá evitarlo y mucho menos eliminarlo por más presión que ejerza sobre la prensa.

Sus asesores deberían hacerle ver que si bien el chisme es inevitable, tampoco es muy sano dar pie a que los ojos de la prensa estén alertas. Ella podrá hacer de su vida privada un papalote, tener una relación de pareja con quien quiera, pero colocar a dicha persona en un cargo público por más honorario que éste sea, es una ocurrencia desafortunada.

Si bien el nepotismoes, al igual que el chisme, un rasgo evolutivo, está legalmente prohibidosimplemente porque representa una injusticia para miles de personas talentosasque no tienen la suerte de ser cercanas al poderoso. El principal error quecometerá es escudarse en la supuesta envidia que le tendrán sus enemigospolíticos. Deberá acostumbrarse a que un día sí y al otro también recibirácríticas -muchas de ellas injustas o sin sustento- que tendrán en las redessociales su caja de resonancia. Que por si fuera poco, aquello que lerepresentó una ventaja competitiva en campaña, ser mujer, ahora puede volverseen su contra. Debe enfocarse en su trabajo, porque son muchos los compromisosde campaña y dos años se pasan volando.