/ martes 5 de marzo de 2019

Victoriosas

El Muro


Sīgewīf, que significa mujer victoriosa, es una bella palabra inglesa del siglo X que se dio a conocer en uno de los amuletos anglosajones cantados cual conjuro con el fin de resolver mágicamente algún problema (“Grammatical Gender in English: 950 to 1250”).

El inglés -a diferencia del castellano- sí cuenta con sustantivos neutros, lo que en estos tiempos de lo políticamente correcto y de los millennials ultrasensibles, representa una ventaja. En 1977, Roy Thomas, guionista de la compañía Marvel Comics, creó a Carol Susan Jane Danvers, una súper-heroína a la que bautizó como “Miss Marvel”.

Cuarenta y tantos años después lanzan la película con un ligero ajuste en el cargo militar de la protagonista: “Captain Marvel”, título que no da pistas para asumir si se trata de una dama o un caballero, pero “Capitana Marvel” in spanish sí.

A propósito, en el libro “(Súper) héroes, ¿por qué los necesitamos?”, el neurólogo francés de origen judío Boris Cyrulnik explica la correlación entre las carencias afectivas y la elección de un guía de vida. Tras perder a sus padres en la Segunda Guerra Mundial, él encontró en los superhéroes la fortaleza para salir adelante, quizá por eso el mercado de los héroes tiene tanto éxito comercial.

El “macho establishment” ha marcado la agenda de la mujer desde la moda hasta la ciencia, pasando por la religión, lo que llevó hace algunos días al papa Francisco a sincerarse, estableciendo que “todo feminismo acaba siendo un machismo con falda (…). No se trata de dar más funciones a la mujer en la Iglesia -sí, eso es bueno, pero no resolvería el problema-, se trata de integrar a la mujer como figura de la Iglesia en nuestro pensamiento”.

Pero mientras algunos en el mundo intentan avanzar en la integración de la mujer en igualdad de condiciones que el hombre, otros muestran un retroceso: El Gobierno federal trae confundido a medio país con sus políticas de restricción presupuestal. Por ejemplo, recién anunció que sería retirado el apoyo a los refugios que ayudan a mujeres víctimas de violencia familiar o sexual.

La propuesta gubernamental es que el dinero se entregue directamente a la víctima. Cualquier persona que conozca el funcionamiento de los centros de apoyo sabe que el problema no se resuelve depositando dinero en una tarjeta de débito, es más, ni siquiera sirve como paliativo porque en un momento de tensión la ofendida entra en shock.

Un centro especializado, como existen aquí en Mexicali, brinda esperanza porque se trata de un espacio físico seguro que garantiza el anonimato para las afectadas y sus hijos, pero sobre todo se trabaja en su recuperación integral con un equipo multidisciplinario (he parafraseado la Norma Oficial 046-SSA2-2005).

A pesar de algunos avances, nuestra sociedad se la sigue poniendo muy complicada a la mujer.

El Muro


Sīgewīf, que significa mujer victoriosa, es una bella palabra inglesa del siglo X que se dio a conocer en uno de los amuletos anglosajones cantados cual conjuro con el fin de resolver mágicamente algún problema (“Grammatical Gender in English: 950 to 1250”).

El inglés -a diferencia del castellano- sí cuenta con sustantivos neutros, lo que en estos tiempos de lo políticamente correcto y de los millennials ultrasensibles, representa una ventaja. En 1977, Roy Thomas, guionista de la compañía Marvel Comics, creó a Carol Susan Jane Danvers, una súper-heroína a la que bautizó como “Miss Marvel”.

Cuarenta y tantos años después lanzan la película con un ligero ajuste en el cargo militar de la protagonista: “Captain Marvel”, título que no da pistas para asumir si se trata de una dama o un caballero, pero “Capitana Marvel” in spanish sí.

A propósito, en el libro “(Súper) héroes, ¿por qué los necesitamos?”, el neurólogo francés de origen judío Boris Cyrulnik explica la correlación entre las carencias afectivas y la elección de un guía de vida. Tras perder a sus padres en la Segunda Guerra Mundial, él encontró en los superhéroes la fortaleza para salir adelante, quizá por eso el mercado de los héroes tiene tanto éxito comercial.

El “macho establishment” ha marcado la agenda de la mujer desde la moda hasta la ciencia, pasando por la religión, lo que llevó hace algunos días al papa Francisco a sincerarse, estableciendo que “todo feminismo acaba siendo un machismo con falda (…). No se trata de dar más funciones a la mujer en la Iglesia -sí, eso es bueno, pero no resolvería el problema-, se trata de integrar a la mujer como figura de la Iglesia en nuestro pensamiento”.

Pero mientras algunos en el mundo intentan avanzar en la integración de la mujer en igualdad de condiciones que el hombre, otros muestran un retroceso: El Gobierno federal trae confundido a medio país con sus políticas de restricción presupuestal. Por ejemplo, recién anunció que sería retirado el apoyo a los refugios que ayudan a mujeres víctimas de violencia familiar o sexual.

La propuesta gubernamental es que el dinero se entregue directamente a la víctima. Cualquier persona que conozca el funcionamiento de los centros de apoyo sabe que el problema no se resuelve depositando dinero en una tarjeta de débito, es más, ni siquiera sirve como paliativo porque en un momento de tensión la ofendida entra en shock.

Un centro especializado, como existen aquí en Mexicali, brinda esperanza porque se trata de un espacio físico seguro que garantiza el anonimato para las afectadas y sus hijos, pero sobre todo se trabaja en su recuperación integral con un equipo multidisciplinario (he parafraseado la Norma Oficial 046-SSA2-2005).

A pesar de algunos avances, nuestra sociedad se la sigue poniendo muy complicada a la mujer.